sábado, 22 de diciembre de 2007
Desde La Nebulosa, Vol. 1: Llamadas telefónicas.
- Riiiiiiing, riiiiiiiiiiing.
Yo- ¿Sí?
Tarugo No Identificado- *gritando* JUAN???
Yo- No, señor, me parece que se ha confundido. *Todo esto pronunciando las m's como b's debido a la falta de aire por la nariz*
TNI- *más alto aún* JUAN?????
Yo- No, no soy Juan. Se ha equivoc-
TNI- ¿PERO TÚ QUIÉN ERES??
Yo- *Ya un poco incómoda con la situación* ¿Perdón?
TNI- JUAN, ¿FUISTE A CASA DE TU TÍA A POR EL POLLO?
Yo- *Completamente alucinada y preguntándome en qué momento se me ha ido la situación de las manos* Oiga, ¡que NO soy Juan! ¡Que se ha equivocado de número!
TNI- ¿QUE NO ERES JUAN??
Yo- *Aliviada de que por fin esto va a alguna parte* No, no soy Juan.
TNI- AY, JODER ANTOÑITO HIJO, QUE NO ME ENTERO DE NADA CON EL MÓVIL ÉSTE. MIRA, ¿TÚ SABES SI TU HERMANO HA IDO A CASA DE TU TÍA A POR EL POLLO?
Yo- *Con el sentido de la realidad ya completamente perdido y absorbida por su rulo* Oiga, que NO soy Juan, ni Antoñito!! De hecho, soy una CHICA!
TNI- ¿UNA CHICA??
Yo- *Totalmente en adrenalina* SSSSi.
TNI- ¿TÚ QUIÉN ERES? *con tonillo acusador que sugiere que lo más seguro es que yo sea un ladrón que se ha metido en casa de Juan y ha cogido el teléfono*
Yo- NO, PERDONE, QUIÉN ES USTED!
TNI- *silencio al otro lado de la línea* A QUE ME HE EQUIVOCAO DE NÚMERO...?
Yo- Sí, se ha equivocado de número, sí.
TNI- *La voz se oye cada vez más lejos, como si el teléfono fuera separado del oído* LA MADRE QUE ME PARIÓ, ME CAGON'... LO QUE ME HA TENIDO QUE COSTAR LA PUTA LLAMADA...blablabala *cuelga*
Yo - O_o
Un par de minutos después, cuando me recuperé de lo que había ocurrido, casi me ahogo en mis propias carcajadas. Pobre hombre, tan estresao el con el pollo en casa de la tía... Aunque vamos, un "perdone, eh?" después de toda la que había liado, tampoco hubiera molestado, la verdad :D
Mi amiga Meri me preguntó más tarde que porqué no le colgué. ¿Y arriesgarme a que volviese a llamar y empezar de nuevo todo el rulo? Quita quita.
La Navidad y el estrés son cosas muy peligrosas si se mezclan.
BeL ~
PD: Aunque ahora que lo pienso, estos días no es que esté sonando exactamente como una chica. Mmm.
domingo, 28 de octubre de 2007
La Rosa de Los Vientos
Por más que lo he intentado, nunca he sido capaz de enterarme de las cosas cuando suceden. Constantemente estoy haciendo descubrimientos sobre cosas que la gente sabe desde hace siglos, y no lo comprendo, porque no es que viva bajo una piedra precisamente.
Hace diez minutos una amiga mía me comentaba casualmente que qué injusta es la vida, que ella no sabía nada de que Juan Antonio Cebrián había muerto de un infarto hace una semana.
Bien, yo me he enterado cuando ella lo ha dicho.
Mientras hablábamos, poco a poco me he transformado en un grifo, y ahora ya no puedo parar. Le estoy llorando con la misma pena con la que lloraría a un amigo muy cercano. Quizá porque, a su manera, lo era.
Hace algunos años alguien me recomendó La Rosa de los Vientos, un programa de radio que se emitía de madrugada. Después de la primera vez, ya no pude dejarlo. Aun teniendo que madrugar al día siguiente, todas las noches me mantenía despierta hasta que la música celta empezaba a sonar, y una voz cálida saludaba a todo el mundo. No podía escuchar mucho más de una hora y pico de programa, pero los monográficos, la zona Cero, Azul y verde, y otras muchas secciones merecían la pena.
Poco a poco, la voz de un tal Juan Antonio Cebrián se fue haciendo tan familiar como la mía, y me acostumbré a que fuera lo último que escuchaba antes de dormir. Hasta el punto de que si una noche no podía escucharles, por lo que fuera, sentía que faltaba algo. Pasó un tiempo antes de que pusiera cara a esa voz y conociera el rostro de ese hombre encantador, que amaba la cultura y la historia y las letras, y era una persona maravillosa.
Me he enterado de su muerte de forma brusca y sin esperarlo, y me siento literalmente mareada. Como decía, le estoy llorando como si fuera un amigo. No dejo de oír su voz, saludando a los rosaventeros, y riendo (tenía una risa muy peculiar) por cualquier cosa con las Cuatro Ces (Jesús Calleja, Carlos Canales, Bruno Cardeñosa, y su amigo y servidor, Juan Antonio Cebrián. Dios mío, es que lo estoy oyendo :( .
Por otro lado, estoy indignada. Porque la vida no es justa, pero eso ya lo sabíamos. Porque era un buen hombre, porque sólo tenía 41 años, porque tenía un niño de tres años que tenía la suerte de tener un padre como dios manda, y todos sabemos que hoy en día, de eso ya no hay.
Además, me siento indignada por estar indignada. Cuando ocurre algo de esto, siempre recuerdo un artículo de Arturo Pérez Reverte, escrito cuando la tragedia de los tsunamis. Él decía que el hombre había perdido la capacidad de lidiar con la idea de la muerte, no sólo haciéndola tabú, sino pensando que eso sólo les ocurría a los otros. En el medievo, una época en la que tenías suerte si llegabas a escuchar cómo te ambiaba la voz, todo el mundo tenía aceptado que la muerte era parte de la vida. Que no era cuestión de justicia o injusticia, sino una parte más de la vida, con la que tenías de convivir. Así que me molesta que siga quedándome en shock por estas cosas, porque yo no quiero formar parte de los que piensan que la muerte es sólo el hombre del saco, en versión adultos. Porque la muerte es lo más democrático que conozco, y la única que en realidad ya podría dejar de serlo.
Pero sobre todo, estoy indignada porque Cebrián era un buen hombre, pero aun así su corazón se paró una tarde y punto. En cambio, no hay una cámara que grabe claramente como al mierda ése de Barcelona, al peganiñas que dice Ángel Martín, le revienta la cabeza al segundo de agredir a la chica del tren. No hay derecho.
Os dejaría la sintonía del programa, la que estoy escuchando ahora mismo, y que ya no parece la misma. Pero aún no sé muy bien cómo subirla aquí. Si alguien tiene idea, se le agradecerá eternamente.
No; hoy no ha sido un buen día precisamente.
BeL ~
martes, 9 de octubre de 2007
De Cómo Unos Mocosos Me Arruinaron el Día
Al menos uno con mucho movimiento, lo que ya en sí es una brutal mejoría con respecto a los demás. El caso es que esta mañana me levanté tempranito, fui al médico (no se cómo al final acabé sacándome sangre...en fin), me fui a comprar un par de cosillas, luego por la tarde fui a dar clase y me di un paseíto de vuelta...en fin, que estaba yo además mu contenta porque estrenaba un bolso. Ya sabéis, las pequeñas cosas ^_^.
Pero a lo que iba. A mí siempre me han dicho que parezco mucho más pequeña de lo que en realidad soy. Bueno, lo de mucho igual es un pelín atrevido, pero sí que es verdad que la mayor parte de la gente no se imagina que estoy muy muy MUY cerquita de dejar la veintena.
Y lo llevo fatal.
Que yo sé que es una tontería y blablablabla. Pero en estos años me siento como si estuviera sobre una cinta de andar (de esas que todos tenemos en casa para poner ropa encima del manillar y el sillín en lugar de para andar), imparable hacia la treintena, el adiós a la juventud, a la libertad, a.... en fin, todo muy dramático.
Pero bueno, yo intento no pensar mucho en ello, convenciéndome a mí misma de que soy un ser atemporal que está por encima de esas cuestiones (uy, esto ya lo contaré en la siguiente entrada o en la otra :D). Pues bien; estaba siendo, como digo, un buen día en general, hasta que, llegando a casa, me crucé con un trio de chavalitos que no llegarían a los 20. Se me quedaron mirando, y entonces, justo al pasar, a mis oídos llegó lo siguiente:
"Joder, un poco puretona, pero no veas como está de buena."
o_0
Mira, mejor me voy a la cama.
BeL ~
martes, 2 de octubre de 2007
Lavándonos La Cara
Sí, es el mismo blog de antes, sólo que con la cara lavada. Mmm...bueno, en este caso creo que la cara lavada era la de antes más bien, y la he sometido a una sesión de maquillaje, peluquería, y una tardecita en Harrods. ^_^
Últimamente he estado muy interesada en comprender los siempre misteriosos caminos del HTML y sus mecanismos. De momento soy totalmente incapaz de crear un template -lenguaje técnico avanzado, como veis-, o de cambiar el tamaño del subtítulo. Pero soy optimista, porque en cambio sí que me las he apañado para retocar uno que ya tenía.
El de antes es mucho más bonito y elaborado que éste, la verdad. Pero empezaba a tener problemas con la chica lánguida y el lánguido paisaje. Bastante lánguida me estoy volviendo yo en el mundo real como para luego venir aquí y potenciarlo. Ahora que lo pienso, la Pin Up ésta tampoco es que tenga mucho que ver conmigo...pero al menos no me da ganas de hibernar cuando la veo, en todo caso de salir y arreglarme.
Pues eso, que ya estamos aquí para la temporada 2oo7 - 2oo8.
A ver qué trae.
miércoles, 27 de junio de 2007
oCHo CoNFeSioNeS y uNa eXPLiCaCióN
Y como la vez anterior, he vuelto para encontrarme que estoy nominadísima por otratazadecafe. OCHO CONFESIONES esta vez, nada menos. Desde luego el listón lo ha dejado altito, y a su lado me da la sensación de que mis confesiones no sólo parecen de mercadillo, sino de mercadillo de una niña de 8 años, jajajaj. En fin, a lo que veníamos. Aquí van las mías, que nadie -o casi nadie, la verdad, que algunos sí que hay por ahí- conoce.
1. Soy una persona muy tímida. para los que no me conocéis, esto no tiene mucha pinta de confesión. Pero el que me conoce en persona -hola Pilu- estará preguntándose por qué mentir en un blog donde no me conoce nadie. Y se lo estará preguntando porque, técnicamente, creo que sería capaz de sacarle conversación a una caracola de la playa si me das 20 minutos. Pero en el fondo, y eso sólo lo sé y lo sufro yo, se me acelera el pulso cada vez que conozco a alguien nuevo; cada vez que tengo que llamar por teléfono a algún sitio; cada vez que me hacen un cumplido y cada vez que hablo con gente extraña. Si no parezco tímida, es justamente porque es mi mecanismo de supervivencia para superarlo. Pero últimamente consume mucho y da poco.
2. Soy muy llorona. Pocos lo han presenciado, pero a mí es muy fácil removerme las entrañas. Una escena un poco más blandita de lo normal, un párrafo de un libro, una historia que me cuentan.
3. Vivo en mi casa con la misma tranquilidad con la que viven los palestinos: nunca sabes dónde ni cuando estallará la siguiente bomba. Un día es en el salón, otro en la cocina, en el baño, en tu habitación. Diez de la mañana, de la noche, da igual. Mi madre ha acabado por ver el mundo al revés, y en ese mundo, yo soy Israel.
4. Soy una incondicional absoluta de Daniel Radcliffe (Harry Potter para los no iniciados ;). Hasta el punto de que su obra de teatro en Londres fue el empujón definitivo para planear un viaje a Londres que llevaba esperando hacer desde hacía más de diez años. Evitad comentarios acerca de los tamaños de las cosas, porque me pondré de muy mal humor.
5. Me llevé no sé cuántos años escribiendo un diario. En él, contaba ñoñerías, como casi todo el mundo que escribe diarios, pero también cosas muy profundas que necesitaba digerir después de que ocurrieran, aunque fueran nimiedades. Ahora ya no lo escribo, lo que no quiere decir que haya dejado de digerir, solo que ahora lo hago mentalmente.
6. Escribo historias, pero casi nadie lo sabe. Sólo un par de amigas, de hecho, que me dan confianza suficiente para hacerlo, aunque sea muy malo y no me lo digan, o muy bueno, quien sabe ;) Igual algún día las leeis vosotros también en alguna librería. Tengo una que empecé con 8 años. Y aunque nunca la he acabado, sé lo que pasa en mi cabeza, así que igual algún dia me siento y la termino.
7. Una vez, cuando podía tener unos seis o siete años, fui al colegio contando que había visto a la Vírgen en mi habitación. Pasaba por una de esas etapas de fervor religioso pre-comunión de colegio de monjas. Es algo que nunca he podido olvidar con los años, el sentimiento de que, si lo contaba lo suficientemente a menudo y a las personas suficientes, terminaría haciéndose realidad.
8. Me siento extremadamente incómoda con el contacto físico, aunque todo depende de quién venga, claro está. Cuando alguien me abraza me siento atrapada. Esto no se aplica a mi querido J... en general. Hay veces que también. Nunca he dado un abrazo espontáneo a mis padres o a mi hermano, o les he dicho que los quiero. Y me mata el pensar que algún día no estarán para que pueda hacerlo, y se me encoge el alma. Aun así, aún no he sido capaz de atravesar los muros.
Y bueno, la entrada me ha quedado tela de deprimente y absurda, como me temía... En fin, mañana será otro día, e intentaré empezar a contar mi viaje a Londres, cuyo recuerdo me hace bien y me hace mal... (Martin,Ricky. (2006)), pero es más ameno que la vida real.
Nos vemos,
BeL
PD: ahh, la explicación. Alguien me preguntó si hay alguna razón absurda por la que escribo las consonantes en mayúscula y las vocales en minúscula. Si era algún intento de destacar o llamar la atención o algo. Y lo cierto es que no tiene que ver con eso -aunque reconozco que sería una explicación mucho más atractiva.
Resulta que a mí el equilibrio entre las cosas me parece estético. En una bandada de palomas blancas, un cuervo negro embellece la escena de una forma que no puede conseguir otra paloma blanca. Me gustan los contrastes entre las letras, así, unas más altas de otras. Estética, como decía.
O manía. Que también puede ser.
domingo, 18 de marzo de 2007
uNa PeRSoNiLLa aBSuRDa
- Tengo sueño, la espalda me está matando, pero me busco una y mil cosas para seguir aquí metida. Como una entrada en el blog, por señalar una al azar.
- Estoy tan empachada que sólo el olor del Nesquick ya me estaba dando fatiga mientras lo preparaba; no obstante, he vuelto a mi habitación con la bandeja y me he zampado el colacao, un par de galletas, medio paquete de Maltessers, y otro medio de almendras saladitas.
- Tengo que estudiar, pero no estudio, sino que me pongo a hacer otras cosas. Cosas que no disfruto, porque no dejo de acordarme de que tengo que estudiar. Pero no estudio, sino que me pong... vale. Pues eso.
Podría seguir. Pero lo voy a dejar aquí porque ya sí que me caigo de sueño.
Lo dicho. A veces, creo que soy una personilla absurda.
~Bel~
miércoles, 31 de enero de 2007
TReS CaNCioNeS, uNa iSLa y Yo
Se trata de elegir tres canciones y SÓLO TRES para llevar a una isla desierta.
Para alguien como yo, que está escuchando música todo el santo día, el reto es un tanto inhumano. Probablemente si me preguntaran mañana, las tres que elegiría serían completamente distintas, porque seguro que hay una en la que no he caído y sin la que no puedo vivir. Pero en fin, hoy por hoy, las elegidas serían éstas:
*BeL va a intentar subir las canciones de la manera en que otratazadecafé le explicó muy detalladamaente, con lo que tendría que ser fácil; a ver qué pasa*
En primer lugar, me puse a pensar en el hecho de estar en una isla desierta. Al margen de que no tardaría ni tres minutos en estar hablando con algún coco, supongo que me entraría un ataque de algo malo. Supongo también que con el tiempo me calmaría, me deprimiría, y querría ahogarme con mi amigo el coco garganta abajo. Y además, a mí no me gusta nada la oscuridad. La noche sí, pero no la oscuridad directamente -lo sé, tengo que mirármelo, pero es que hay tantas cosas que tendría que mirarme... :D
Teniendo en cuenta todo esto, supongo que me llevaría una canción para los momentos en que necesito animarme, otra para relajarme, y otra para por las noches, en plan nana.
Para la nana, y después de mucho pensar, he elegido el Danubio Azul, de Strauss. Los valses me pierden, y éste es mi favorito sin duda. Así que, por las noches, mi amigo el Coco y yo bailaríamos algo así:
Cuando estuviera recogiendo frutos secos, o más cocos, o plátanos, u otro tópico comestible que seguramente encontraría en cualquier isla desierta, he pensado que de fondo sonaría esto:
Accidentally in love, de Counting Crows, siempre me pone de buen humor. Es que de verdad, me da unas ganas de bailar y de...yo que sé, de hacer cosas, impresionante. Así que supongo que me lallevaría también.
Y bueno, por último, la canción que escucharía día sí, día también porque, a pesar de tener a mi amigo el Coco conmigo, me da a mí que igual habría días en que no querría ni levantarme del catre de hojas de palmera. Así que Always Look On The Bright Side of Life, de los Monty Python, vendría conmigo también:
"what have you got to lose? You know, you come from nothing - you're going back to nothing. What have you lost? Nothing!" Me encanta esta canción desde la primera vez que vi La vida de Brian, hace ya...uff, yo que sé, quince años? Dieciséis? Si después de tanto tiempo sigo escuchándola casi todos los días, está claro que debería llevármela a la isla.
Y bueno, ya está, ¿no? Qué lástima que sólo fueran tres... En fin,ahora hay que pasar el testigo a alguien... Yo tampoco voy a nombrar a nadie en particular, así que quienquiera que esté leyendo esto y le apetezca hacerlo, que avise. Ha sido divertido, así que animaos ^_^.
Hala, nos vemos!
BeL xx
sábado, 13 de enero de 2007
DeL PoDeR De uNa iMaGeN
En palabras de Michael Clancy, el fotógrafo: " Durante una operación correctiva intrauterina de espina bífida a las veintiuna semanas de gestación, Samuel saca su diminuta mano a través del corte médico realizado en el útero de la madre. Cuando el doctor eleva su mano, Samuel reacciona al contacto y aprieta el dedo. Buscando algún tipo de reacción de fuerza, el doctor mueve el dedo que el pequeño puño tiene agarrado. Samuel lo apretó con firmeza."
Por cierto...mmm.... el padre de Samuel... No, nada, no importa.. ;P
miércoles, 10 de enero de 2007
aÑo NueVo, LiSTa NueVa
Está más que visto y comprobado que, llegando febrero o así, la vista se nos empieza a hacer gorda y nos ponemos a silbar cuando nos da por acordarnos de La Lista. O, en el peor de los casos, sí que nos acordamos, por lo que acabamos enfurruñaos por no estar tachando NADA.
Dicho esto, confieso que desde hace un montón de tiempo -y cuando me acuerdo- yo escribo una de esas listas infernales. Aunque, más que propósitos-propósitos, lo que yo hago es escribir una lista de ideíllas acerca de cosas que debería hacer, o haber hecho, hace siglos. Hasta el momento creo que no he conseguido tachar nada yo tampoco, pero simplemente por el ratito tan divertido que echo pensando en La Lista, me merece la pena. ^_^
Este año voy a hacerla aquí en directo, ya que no me apetece nada levantarme a coger la agenda...
~> Propósito nº 1. Acostarme más temprano y levantarme también más temprano. Cuando acabas comentando como si nada cosas como "vaya, anoche me acosté tempranito, no eran ni las dos y media", es hora de replantearse las cosas; quizá los hábitos de sueño de Drácula no son los mejores después de todo.
~> Propósito nº 2. Estudiar. Pero estudiar de verdad. Las oposiciones me están matando. Bueno, mejor dicho, el pensamiento de que debería estar estudiando mucho más de lo que lo hago. Éste propósito está en estrecha relación con el Propósito nº1, por razones obvias.
~> Propósito nº 3.Ponerme de verdad los potingues para la cara que me compro, y dejarme de excusas tipo hace frío/tengo sueño/llevo prisa (¿qué prisa puede llevar una para ir a dormir?), etc. Dejar de ser cosméticamente floja, en definitiva.
~> Propósito nº 4. Superar el miedo a los aviones, utilizando la estrategia conocida en Psicología como Inmersión si fuera necesario (esto es, que me suban a un avión, el que más miedo me dé, sin contemplaciones ni paños calientes ni drogas variadas que me dejen insonsciente).
~> Propósito nº 5. Seguir terapias zen, budistas o de cualquier otro tipo -homologado o no- que me permitan asociar la voz de mi madre con el suave sonido de la lluvia en el cristal, y reaccionar en consecuencia.
~> Propósito nº 6. Dejar de comprarme ropa informal cuando lo que necesito es un bonito conjunto formal para las ocasiones más formales. No importa lo barata que esté ni lo que me guste esa sudadera, ya que, al final, ni tengo la ropa que necesitaba ni tengo el dinero, con lo cual todo es bastante absurdo.
~> Propósito nº 7. Terminar mi best seller. Pero terminarlo de verdad, poniéndome plazos que cumplir y esas cosas. Que ya tengo el siguiente en mente y se me van a acumular.
~> Propósito nº 8. Ponerme plazos en general. Para todo. Soy de las que se deja llevar fácilmente, así que esto tiene que acabarse YA.
~> Propósito nº 9. Aprender de una vez a priorizar las cosas; en lugar de atascarme mentalmente pensando en todo lo que tengo que hacer, ir pasito a pasito, sin pensar mucho más allá. A ver qué tal así, porque la otra opción está claro que no me funciona.
~> Propósito nº10. Tachar, al menos, el 50% de esta Lista.
Mmm...en realidad tengo algunas más, pero ésas ya las apuntaré en la agenda cuando la encuentre... ;)
Nos vemos!
BeL
lunes, 1 de enero de 2007
SoBRe NaViDaDeS, PéRDiDaS y DeSeoS
Hoy es un día especial, por eso de que estrenamos calendario y eso. Así que, por primera vez, y sin intención de sentar precedente, he decidido saltarme mi Regla de Oro y Diamantes, que dice, textualmente: "Jamás, jamás, JAMÁS, bajo ningún concepto y/o excusa, traeré a la red nada que pueda contener ondas remotamente negativas." Pero un día es un día.
Para hacer corta una historia increíblemente larga, ésta ha sido, sin ningún tipo de competencia por el título, la peor Navidad de mi vida. Las razones que le han otorgado el título son tan variadas y tan surrealistas que cualquier intento por explicarlas o darles algún tipo de sentido sería inútil. Y además no seré yo quien las saque a la luz, porque los trapos sucios siempre se han lavado en casa. De toda la vida.
Lo que sí quería contar es uno de los motivos que han hecho de esta Navidad unas fechas horribles. Mi abuela Picu murió el día 27 de diciembre.
Afortunadamente, a mis veintisiete años puedo decir que ésta es la primera vez que algo como la muerte me tocaba de cerca. Sólo tres muertes significativas en mi familia desde que recuerdo; una de ellas, un tío mío que murió con 23 años, me cogió muy pequeña, así que mis recuerdos son lejanos y borrosos. Las otras dos, la única hermana de mi madre y una tía suya muy mayor, me pillaron más mayorcita. Pero ellas vivían lejos, las veía una vez al año si es que nos veíamos. Y a pesar de que lo sentí mucho, la sensación era distinta.
Yo sólo conocí a mis abuelos paternos, con lo cual ella era mi única abuela. Y a pesar de que ellos nunca fueron los típicos abuelos adorables y cariñosos, en el fondo eran mis abuelos, con sus defectos y sus cosas.
De pronto, todos los recuerdos que tengo se hacen nítidos. Recuerdos buenos, como sus canciones, sus chismorreos -mi abuela hubiera sido el gran descubrimiento del Tomate- cómo venía a mi habitación a darme dinero a escondidas de mi abuelo, para que cuando luego mi abuelo me diera, tuviera el doble; o cómo siempre se ofrecía voluntaria a ir a comprarme algún libro que me habían mandado en el colegio, sabiendo que nunca se enteraba bien de los títulos y luego lo tendríamos que descambiar. Por supuesto, también tengo recuerdos no muy buenos, a pesar de que yo siempre fui su nieta la mayor, la que estudiaba mucho, la que estaba a la cabeza de la Lista Blanca, a pesar de saber que unos abuelos nunca deberían tener dos listas de nietos.
La muerte es algo muy raro. Soy consciente de que ya no está; a pesar de tener la seguridad de que no iba a mirarla dentro del ataúd, en el tanatorio, lo hice. Pero de algún modo, las dos realidades no terminan de juntarse. Mi abuela Picu, entrando en mi casa con su perfume fuerte, no puede ser mi abuela Picu, la que duerme para siempre, la que tiene sus cemizas -cenizas, no dedos ni ojos, sino sólo cenizas- junto a las de su hijo.
Sé que parezco tonta diciendo todo esto, cuando quizá muchos de vosotros habéis pasado por esto varias veces, incluso peor, perdiendo padres, madres, hermanos o parejas. Pero siempre hay una primera vez, y la mía me ha pillado en Navidad.
Pero el año ha comenzado, y de alguna manera me siento como cuando era pequeña y empezaba el curso, y todos los cuadernos tenían sus páginas en blanco, esperando a que yo los rellenara con la mejor de mis letras.
La entrada me está quedando más larga y más deprimente de lo que había planeado, así que es lo último que os cuento. Supongo que habréis oído aquello de la mejoría que se sufre antes de la muerte. Yo siempre había escuchado que, poco antes de morir, las personas tienen un último momento de lucidez absoluta, de cese del dolor y del sufrimiento. Como si antes de dejar este mundo, de pronto comprendieran el significado de todo.
Poco más de doce horas antes de morir, mi padre, el hijo mayor de mi abuela, se encontraba en la habitación con ella. Mi abuela hacía meses que había entrado en la última fase del Alzheimer. Apenas podía moverse por sí misma, no hablaba, casi no comía, y permanecía con los ojos cerrados, medio adormilada, la mayor parte del tiempo. Los antibióticos para contrarrestar la infección que finalmente se la llevó no hacían nada por mejorar la situación.
Esa madrugada, como decía, mi padre se levantó del sillón del acompañante para estirar un poco las piernas. Cuando se volvió a mirar hacia mi abuela, la vio con los ojos muy abiertos, observándole fijamente. Se asustó un poco, y comenzó a moverse por la habitación para comprobar que, en efecto, mi abuela le miraba a él. Ella lo siguió atentamente. Mi padre se acercó entonces a la cama. "Mamá, ¿estás bien?" Mi abuela se le quedó mirando fijamente, parpadeó un par de veces, y finalmente asintió. Un asentimiento leve, pero solemne, consciente y definitivo. Con la mirada clavada en los ojos de mi padre.
No volvió a abrir los suyos.
La muerte es algo muy extraño.
Feliz Año Nuevo,
BeL