miércoles, 31 de enero de 2007

TReS CaNCioNeS, uNa iSLa y Yo

Hoy tenía pensado hablar sobre otra cosa, pero me va a quedar muy largo y muy profundo, y no tengo muchas ganas, la verdad. Así que en su lugar voy a coger el relevo de otratazadecafe (que tiene un blog genial que seguramente ya habréis visitado, pero si no, hala, hacedlo ya...o bueno, cuando terminéis con el mío mejor ;P).

Se trata de elegir tres canciones y SÓLO TRES para llevar a una isla desierta.

Para alguien como yo, que está escuchando música todo el santo día, el reto es un tanto inhumano. Probablemente si me preguntaran mañana, las tres que elegiría serían completamente distintas, porque seguro que hay una en la que no he caído y sin la que no puedo vivir. Pero en fin, hoy por hoy, las elegidas serían éstas:

*BeL va a intentar subir las canciones de la manera en que otratazadecafé le explicó muy detalladamaente, con lo que tendría que ser fácil; a ver qué pasa*


En primer lugar, me puse a pensar en el hecho de estar en una isla desierta. Al margen de que no tardaría ni tres minutos en estar hablando con algún coco, supongo que me entraría un ataque de algo malo. Supongo también que con el tiempo me calmaría, me deprimiría, y querría ahogarme con mi amigo el coco garganta abajo. Y además, a mí no me gusta nada la oscuridad. La noche sí, pero no la oscuridad directamente -lo sé, tengo que mirármelo, pero es que hay tantas cosas que tendría que mirarme... :D

Teniendo en cuenta todo esto, supongo que me llevaría una canción para los momentos en que necesito animarme, otra para relajarme, y otra para por las noches, en plan nana.

Para la nana, y después de mucho pensar, he elegido el Danubio Azul, de Strauss. Los valses me pierden, y éste es mi favorito sin duda. Así que, por las noches, mi amigo el Coco y yo bailaríamos algo así:


Cuando estuviera recogiendo frutos secos, o más cocos, o plátanos, u otro tópico comestible que seguramente encontraría en cualquier isla desierta, he pensado que de fondo sonaría esto:



Accidentally in love, de Counting Crows, siempre me pone de buen humor. Es que de verdad, me da unas ganas de bailar y de...yo que sé, de hacer cosas, impresionante. Así que supongo que me lallevaría también.


Y bueno, por último, la canción que escucharía día sí, día también porque, a pesar de tener a mi amigo el Coco conmigo, me da a mí que igual habría días en que no querría ni levantarme del catre de hojas de palmera. Así que Always Look On The Bright Side of Life, de los Monty Python, vendría conmigo también:





"what have you got to lose? You know, you come from nothing - you're going back to nothing. What have you lost? Nothing!" Me encanta esta canción desde la primera vez que vi La vida de Brian, hace ya...uff, yo que sé, quince años? Dieciséis? Si después de tanto tiempo sigo escuchándola casi todos los días, está claro que debería llevármela a la isla.



Y bueno, ya está, ¿no? Qué lástima que sólo fueran tres... En fin,ahora hay que pasar el testigo a alguien... Yo tampoco voy a nombrar a nadie en particular, así que quienquiera que esté leyendo esto y le apetezca hacerlo, que avise. Ha sido divertido, así que animaos ^_^.

Hala, nos vemos!

BeL xx

sábado, 13 de enero de 2007

DeL PoDeR De uNa iMaGeN


Hace tiempo que venía teniendo sospechas acerca de lo desconectados que el Mundo Real y servidora estábamos uno del otro. Pues bien; me acabo de encontrar con una de las evidencias más claras.

Porque, a pesar de que esta historia ocurrió en 1999, yo la acabo de descubrir hace un par de minutos, y de pura casualidad. De verdad, no puedo creer que no me enterara, principalmente porque en aquel entonces yo estaba estudiando casos de Espina Bífida en la facultad...En fin.
Resulta que el pequeño Samuel Armas fue diagnosticado de Espina Bífida cuando era un feto de veintiuna semanas de vida. Las posibilidades de supervivencia se limitaban a una operación intrauterina. Era bastante arriesgada, pero los riesgos de toman gustosos cuando es la única alternativa para que tu hijo nazca sano, en lugar de con hidrocefalia y la médula al aire...

De pronto, en mitad de la operación...



En palabras de Michael Clancy, el fotógrafo: " Durante una operación correctiva intrauterina de espina bífida a las veintiuna semanas de gestación, Samuel saca su diminuta mano a través del corte médico realizado en el útero de la madre. Cuando el doctor eleva su mano, Samuel reacciona al contacto y aprieta el dedo. Buscando algún tipo de reacción de fuerza, el doctor mueve el dedo que el pequeño puño tiene agarrado. Samuel lo apretó con firmeza."

Sin palabras.

He leído que su madre dijo que su marido y ella lloraron durante días después de ver la fotografía. No me extraña. Yo, cuando la he visto, de dejado de hacer todo lo que estaba haciendo, me he quedado mirándola durante más de un minuto, y luego he cogido la botella de agua para intentar disolver el nudo que se me había cogido en la garganta.

Esto va más allá de las guerras pro-vida vs. pro-aborto. Esto es que quita la respiración. Así de simple.


BeL


PD: ¿Sobrevivió el pequeño Samuel? Por supuesto que sí. Era de esperar, después del carácter demostrado con sólo 21 semanas de vida...^_^



Por cierto...mmm.... el padre de Samuel... No, nada, no importa.. ;P

miércoles, 10 de enero de 2007

aÑo NueVo, LiSTa NueVa

Siempre he pensado que los Propósitos de Año Nuevo son en realidad una pérdida de tiempo.

Está más que visto y comprobado que, llegando febrero o así, la vista se nos empieza a hacer gorda y nos ponemos a silbar cuando nos da por acordarnos de La Lista. O, en el peor de los casos, sí que nos acordamos, por lo que acabamos enfurruñaos por no estar tachando NADA.

Dicho esto, confieso que desde hace un montón de tiempo -y cuando me acuerdo- yo escribo una de esas listas infernales. Aunque, más que propósitos-propósitos, lo que yo hago es escribir una lista de ideíllas acerca de cosas que debería hacer, o haber hecho, hace siglos. Hasta el momento creo que no he conseguido tachar nada yo tampoco, pero simplemente por el ratito tan divertido que echo pensando en La Lista, me merece la pena. ^_^

Este año voy a hacerla aquí en directo, ya que no me apetece nada levantarme a coger la agenda...



Lista De Propósitos para el 2007

~> Propósito nº 1. Acostarme más temprano y levantarme también más temprano. Cuando acabas comentando como si nada cosas como "vaya, anoche me acosté tempranito, no eran ni las dos y media", es hora de replantearse las cosas; quizá los hábitos de sueño de Drácula no son los mejores después de todo.

~> Propósito nº 2. Estudiar. Pero estudiar de verdad. Las oposiciones me están matando. Bueno, mejor dicho, el pensamiento de que debería estar estudiando mucho más de lo que lo hago. Éste propósito está en estrecha relación con el Propósito nº1, por razones obvias.

~> Propósito nº 3.Ponerme de verdad los potingues para la cara que me compro, y dejarme de excusas tipo hace frío/tengo sueño/llevo prisa (¿qué prisa puede llevar una para ir a dormir?), etc. Dejar de ser cosméticamente floja, en definitiva.

~> Propósito nº 4. Superar el miedo a los aviones, utilizando la estrategia conocida en Psicología como Inmersión si fuera necesario (esto es, que me suban a un avión, el que más miedo me dé, sin contemplaciones ni paños calientes ni drogas variadas que me dejen insonsciente).

~> Propósito nº 5. Seguir terapias zen, budistas o de cualquier otro tipo -homologado o no- que me permitan asociar la voz de mi madre con el suave sonido de la lluvia en el cristal, y reaccionar en consecuencia.

~> Propósito nº 6. Dejar de comprarme ropa informal cuando lo que necesito es un bonito conjunto formal para las ocasiones más formales. No importa lo barata que esté ni lo que me guste esa sudadera, ya que, al final, ni tengo la ropa que necesitaba ni tengo el dinero, con lo cual todo es bastante absurdo.

~> Propósito nº 7. Terminar mi best seller. Pero terminarlo de verdad, poniéndome plazos que cumplir y esas cosas. Que ya tengo el siguiente en mente y se me van a acumular.

~> Propósito nº 8. Ponerme plazos en general. Para todo. Soy de las que se deja llevar fácilmente, así que esto tiene que acabarse YA.

~> Propósito nº 9. Aprender de una vez a priorizar las cosas; en lugar de atascarme mentalmente pensando en todo lo que tengo que hacer, ir pasito a pasito, sin pensar mucho más allá. A ver qué tal así, porque la otra opción está claro que no me funciona.

~> Propósito nº10. Tachar, al menos, el 50% de esta Lista.

Mmm...en realidad tengo algunas más, pero ésas ya las apuntaré en la agenda cuando la encuentre... ;)

Nos vemos!

BeL


lunes, 1 de enero de 2007

SoBRe NaViDaDeS, PéRDiDaS y DeSeoS

Hace días que quería dejar escrito algo, aunque sólo fuera una de estas felicitaciones horriblemente típicas que te enuentras en la red por donde quiera que vayas. Al final, como siempre, los días han ido pasando sin que me diera cuenta. Y ya es uno de Enero del nuevo año.

Hoy es un día especial, por eso de que estrenamos calendario y eso. Así que, por primera vez, y sin intención de sentar precedente, he decidido saltarme mi Regla de Oro y Diamantes, que dice, textualmente: "Jamás, jamás, JAMÁS, bajo ningún concepto y/o excusa, traeré a la red nada que pueda contener ondas remotamente negativas." Pero un día es un día.

Para hacer corta una historia increíblemente larga, ésta ha sido, sin ningún tipo de competencia por el título, la peor Navidad de mi vida. Las razones que le han otorgado el título son tan variadas y tan surrealistas que cualquier intento por explicarlas o darles algún tipo de sentido sería inútil. Y además no seré yo quien las saque a la luz, porque los trapos sucios siempre se han lavado en casa. De toda la vida.

Lo que sí quería contar es uno de los motivos que han hecho de esta Navidad unas fechas horribles. Mi abuela Picu murió el día 27 de diciembre.

Afortunadamente, a mis veintisiete años puedo decir que ésta es la primera vez que algo como la muerte me tocaba de cerca. Sólo tres muertes significativas en mi familia desde que recuerdo; una de ellas, un tío mío que murió con 23 años, me cogió muy pequeña, así que mis recuerdos son lejanos y borrosos. Las otras dos, la única hermana de mi madre y una tía suya muy mayor, me pillaron más mayorcita. Pero ellas vivían lejos, las veía una vez al año si es que nos veíamos. Y a pesar de que lo sentí mucho, la sensación era distinta.

Yo sólo conocí a mis abuelos paternos, con lo cual ella era mi única abuela. Y a pesar de que ellos nunca fueron los típicos abuelos adorables y cariñosos, en el fondo eran mis abuelos, con sus defectos y sus cosas.

De pronto, todos los recuerdos que tengo se hacen nítidos. Recuerdos buenos, como sus canciones, sus chismorreos -mi abuela hubiera sido el gran descubrimiento del Tomate- cómo venía a mi habitación a darme dinero a escondidas de mi abuelo, para que cuando luego mi abuelo me diera, tuviera el doble; o cómo siempre se ofrecía voluntaria a ir a comprarme algún libro que me habían mandado en el colegio, sabiendo que nunca se enteraba bien de los títulos y luego lo tendríamos que descambiar. Por supuesto, también tengo recuerdos no muy buenos, a pesar de que yo siempre fui su nieta la mayor, la que estudiaba mucho, la que estaba a la cabeza de la Lista Blanca, a pesar de saber que unos abuelos nunca deberían tener dos listas de nietos.

La muerte es algo muy raro. Soy consciente de que ya no está; a pesar de tener la seguridad de que no iba a mirarla dentro del ataúd, en el tanatorio, lo hice. Pero de algún modo, las dos realidades no terminan de juntarse. Mi abuela Picu, entrando en mi casa con su perfume fuerte, no puede ser mi abuela Picu, la que duerme para siempre, la que tiene sus cemizas -cenizas, no dedos ni ojos, sino sólo cenizas- junto a las de su hijo.

Sé que parezco tonta diciendo todo esto, cuando quizá muchos de vosotros habéis pasado por esto varias veces, incluso peor, perdiendo padres, madres, hermanos o parejas. Pero siempre hay una primera vez, y la mía me ha pillado en Navidad.

Pero el año ha comenzado, y de alguna manera me siento como cuando era pequeña y empezaba el curso, y todos los cuadernos tenían sus páginas en blanco, esperando a que yo los rellenara con la mejor de mis letras.

La entrada me está quedando más larga y más deprimente de lo que había planeado, así que es lo último que os cuento. Supongo que habréis oído aquello de la mejoría que se sufre antes de la muerte. Yo siempre había escuchado que, poco antes de morir, las personas tienen un último momento de lucidez absoluta, de cese del dolor y del sufrimiento. Como si antes de dejar este mundo, de pronto comprendieran el significado de todo.

Poco más de doce horas antes de morir, mi padre, el hijo mayor de mi abuela, se encontraba en la habitación con ella. Mi abuela hacía meses que había entrado en la última fase del Alzheimer. Apenas podía moverse por sí misma, no hablaba, casi no comía, y permanecía con los ojos cerrados, medio adormilada, la mayor parte del tiempo. Los antibióticos para contrarrestar la infección que finalmente se la llevó no hacían nada por mejorar la situación.

Esa madrugada, como decía, mi padre se levantó del sillón del acompañante para estirar un poco las piernas. Cuando se volvió a mirar hacia mi abuela, la vio con los ojos muy abiertos, observándole fijamente. Se asustó un poco, y comenzó a moverse por la habitación para comprobar que, en efecto, mi abuela le miraba a él. Ella lo siguió atentamente. Mi padre se acercó entonces a la cama. "Mamá, ¿estás bien?" Mi abuela se le quedó mirando fijamente, parpadeó un par de veces, y finalmente asintió. Un asentimiento leve, pero solemne, consciente y definitivo. Con la mirada clavada en los ojos de mi padre.

No volvió a abrir los suyos.

La muerte es algo muy extraño.



Feliz Año Nuevo,

BeL