jueves, 9 de octubre de 2008

PsicoMaestra Ambulante Busca Empleo (Vol.1)

Llevo todo el día entre apuntes de oposiciones (Pilunita, mención especial para ti en la entrada, que viendo las UDs me he acordao de ti y de que me tienes que decir qué días pueden celebrarse las reuniones del Club del Roma). He estado a punto de dejarlo en varias ocasiones, cosa que al final no hice, lo cual está muy bien, pero no quita que extrañamente tenga la sensación de haber perdido el tiempo.



Estoy desesperada; necesito un empleo. Pero no voy a quejarme, de verdad. Lo que pasa es que a cuento de una pregunta que me ha hecho una persona, voy a dedicar aquí un entrada para explicar qué es una Psicomaestra Ambulante, que es a lo que en realidad me dedico. (Me arriesgo a perder el glamour del misterio, de no saber quién es la persona detrás de los ojos...pero qué más da, en realidad o ya me conocen, o ya saben que no tengo glamour alguno..).



Pues eso, que soy una PsicoMaestra Ambulante. En realidad estoy bastante satisfecha con el término, que he acuñado yo solita (o eso creo, juro que no lo he escuchado antes) debido principalmente al cansancio generado tras años de repetir lo mismo, que además es tan largo como esta frase. O casi.

Yo, servidora,
pertenezco al gremio de los Maestr@s y Psicopedagog@s de España.

Psicopedagoga + Maestra = PsicoMaestra

No me digáis que no tiene su aquél.

Aunque sea así por encima, todo el mundo sabe qué es y a qué se dedica un maestro. Un maestro es esa persona que, según algunos, estudia una “carrera” –se os tendría que caer la boca por esas comillas, pérfidos pseudo-científicos de medio pelo*– de dificultad moderada, la verdad, para después seguir uno de estos tres caminos:

a) El Desempleo Total Eterno
b) El Empleo En Otra Cosa Que No Tiene Nada Que Ver
c) La Profesión Más Difícil Del Mundo

Sí. La profesion Más Difícil Del Mundo. Desde aquí invito a los ingenieros de la NASA a meterse en una clase de Educación Infantil durante un par de horas. No hay nada, y repito, nada absolutamente, que pueda prepararte para trabajar seis horas seguidas con 25 nenes de 3 años. NADA. El último inconsciente que se atrevió a refutar el hecho, acabó de rodillas suplicando mi perdón dándome la razón después de sólo 10 MINUTOS en una clase con ellos. Y ni siquiera estuvo solo, que me dio pena y a los cinco minutos volví.

El comportamiento de los niños fluctúa cada minuto. Las programaciones son en realidad una ficticia red de seguridad, porque todo maestro sabe que el devenir de la mañana es una realidad impredecible. Y la espontaneidad, la creatividad, el aguante, la paciencia, la inspiración para que se te ocurra algo en el momento en que lo necesitas, o que te crezcan dos pares de manos y ojos adicionales para controlarlos a todos, es algo que no se puede aprender en ninguna parte.

Lo de psicopedagoga es más peliagudo de explicar. Sé que en algún momento de la carrera se tocó el tema, pero sinceramente no me acuerdo de cómo quedó la cosa.

Psicología + Pedagogía =
PsicoPedagogía

(No, éste no es mío.)

Una de las primeras cosas que nos dijeron en la facultad, nada más empezar -supongo que para animarnos-, fue que en realidad no estábamos muy bien vistos ni por psicólogos, ni por pedagogos. Que les parecíamos unos híbridos, ni aquí ni allí, creados artificialmente con un único fin: El Intrusismo.

Un psicopedagogo es, más o menos, alguien que está especializado en los procesos mentales (Psico) que intervienen en los procesos de E/A, es decir enseñanza/aprendizaje (pedagogía). Como veis, me acuerdo perfectamente en realidad. Es decir, que supuestamente somos expertillos en los procesos de aprendizaje, y por tanto en cómo tratarlos: memoria, técnicas de estudio, habilidades sociales, orientación escolar y vocacional…una lista bastante coqueta, sí.

Pues eso, en resumen, es lo que somos los PsicoMaestros. Otra cosa es a lo que nos dedicamos realmente. El rankin tiene que ir más o menos así, me imagino yo:

1. Camareros.
2. Dependientes en tiendas de ropa.
3. Dependientes en tiendas de telefonía.
4. PsicoMaestros Ambulantes, también llamados Cieneuristas (sí, éste igual ya existe, pero también es mío).
5. PsicoMaestros trabajando como PsicoMaestros.

Pelín desalentador, sobre todo para los pringaos que pertenecemos aún al grupo 4.

Y con esto y un bizcocho, hasta el Vol. 2 de ¿PsicoMaestr@ Ambulante?, donde se desmenuzará la partícula Ambulante y todos sus complementos.

~ BeL


* Ellos saben quiénes son.


NOTA: Piluna, cariño, que me tenía que ir y no me dio tiempo a subir nada! jajajaj... Al menos sé que esperabas la entrada. *ciberachuchón*

lunes, 22 de septiembre de 2008

Cosas Que He Hecho En Los Últimos Tres Meses

- Ir a la playa menos de lo que debería y más de lo que en realidad me apetecía.

- Quedarme sin viajar.

- Descubrir que mi Futuro Empleo ya estaba dado a Otra Persona y nadie lo sabía.

- Leer mucho.

- Releer mucho (El Viejo y el Mar y Matar a un Ruiseñor)

- Ver demasiado Orgullo y Prejuicio (BBC)

- Enfurruñarme porque Mr. Darcy no existe en realidad ni estoy en la Inglaterra del siglo XIX.

-Enfurruñarme porque Colin Firth (Mr. Darcy) sí existe y tampoco lo conozco.

- Presenciar la mini-explosión del monitor del ordenata.

- Comprar un monitor muy bonito pero muy ancho.

- Salir mucho y comer fuera mucho.

- Engordar mucho (bueno, no mucho mucho, pero vamos, salir a cenar tanto se paga tarde o temprano...)

- Pasar mucho tiempo visitando a mi ahijada, que sólo tiene 8 meses pero es un personaje de cuidado.

- Comprobar que mi bestseller no se escribe solo, y darle un empujoncito.

- Cortarme el pelo de manera menos favorecedora que de costumbre.

- Ser invitada a dos bodas y pasármelo pipa en las dos (hecho sin precedentes).

- Soñar despierta más de lo normal.

- Desesperarme más de lo normal.

- Ser testigo de cómo puede uno encontrarse buscando un alquiler y acabar comprando una casa en menos de 24 horas.

- Ser testigo del viaje a Niu Yor derrumbándose debido a la mencionada casa.

- Ver las Perseidas.

- Descubrir que en realidad me encanta AC-DC pero nunca lo había sabido.

- Registrarme en Facebook.

- Registrarme en Tuenti.

- Registrarme en Meez.

- Emocionarme mucho cuando la selección jugó contra Italia (casi más que la final, es un clásico).

- Llorar como una magdalena tras el accidente de Barajas mientras pensaba en mi propio viaje en avión el pasado año.

Y muchas otras cosas igual de poco interesantes que ahora no recuerdo, la verdad.

Espero que hayais empezado el curso con buen pie. Y paciencia. Sobre todo paciencia.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Anoche Me Compré Unos Pendientes y Vi Las Perseidas.

Por contar algo, que hoy me siento charlatana pero con pocas ganas de empatanarme con profundidades.

Fue en el Paseo Marítimo de Cádiz, en los puestecillos tan molones que ponen.

Cádiz está muy bien en verano. En realidad está muy bien todo el año: es una ciudad tranquila -quitando a los Cuatro Patosos que hay en todas partes-, tiene playa, tiene ruinas, tiene monumentos y tiene gente muy cachonda y amable con la que jamás te aburrirás ni aunque vayas solo.

A los guiris parece gustarles durante todo el año, de hecho, aunque a los autóctonos nos parezca un rollo total porque nunca viene nadie, ni hay nada, ni vienen los Rollings ni Queen*.


El caso es que eso, me compré unos pendientes y me tomé una Fanta en el Marimba, un chiringuito playero.


Y, en otro orden de ideas, fui a intentar ver las Perseidas.

En Cádiz, con toda la luz y eso, no se veían las Lágrimas, ni de San Lorenzo ni de nadie, así que nos volvimos a nuestra propia playa, que en teoría tenía que estar más oscurita (en teoría).

Qué bonito todo. En el coche, mirando por la ventanilla a ver si ya se podía ver algo (la máxima visibilidad supuestamente era a las 5 de la mañana, y aún eran sólo las doce y algo), vi una ENORME. Parecía un cometa muy brillante, o un fuego artificial blanco. Se me olvidó pedir el deseo de rigor en el momento, a causa de la emoción. Pero cuando bajé del coche y después de un rato mirando para arriba me pareció ver otra, pedí dos, por si acaso.

Mirar al cielo estrellado de noche es una experiencia muy curiosa. Es completamente cierto que te sientes pequeñito, y sobre todo muy curioso sobre qué es lo que habrá ahí fuera, y muy apenado porque no lo vas a descubrir en la vida. Y cuanto más miras, más cambia la perspectiva de las cosas, y más cuenta te das de que no sabemos nada sobre la vida ni sobre nada, sino que somos una panda de bacterias con aires de grandeza. Pero hoy no iba a empantanarme, así que lo dejo ahí.

Lo que sí descubrí fue la Osa Mayor. O bueno, parte, porque hoy lo he mirado en google y he visto que tiene como 7 estrellas o así:
Y yo vi sólo cuatro, pero intuí que era el Carro.
Ya tengo regalo que pedirle a Gaspar este año: Mi Primer Hubble.

*Pero una vez vino Sting, eso sí.

lunes, 11 de agosto de 2008

Soy Una Floja

No puedo creer que no haya escrito nada de nada desde Abril.

Miento. Sí que he escrito, pero no en el blog. Y tampoco mucho, pa qué mentir de nuevo.

El caso es que no recuerdo en realidad por qué no he escrito ninguna entrada. Sospecho que tiene que ver con irlo dejando para otro día, y así me he plantado a mediados de agosto.

No estoy obligada, claro está. Lo peor es que yo quería escribir, pero lo iba dejando para más tarde, rasgo muy marcado de mi personalidad, ya que hablamos ahora de esto.

En fin, que una muy apenada y arrepentida servidora empezará a retomar lo que no debió dejar nunca. Es tan terapéutico esto...

Hala, nos vemos.

~ BeL

jueves, 3 de abril de 2008

Cuando el Aburrimiento Aburre...







jueves, 27 de marzo de 2008

El Aviso

La forma que tienen las cabecitas humanas de funcionar nunca deja de sorprenderme.

Admito que la mayor parte de las veces acabo cabreada, o despesperada, o sobre todo decepcionada. Pero, de vez en cuando, me echo unas risas que no tienen precio.

Resulta que tengo una amiga cuya madre es...a ver, cómo decirlo sin faltar al respeto...bueno, es peculiar. Digamos que si su nieto fuera negro y homosexual, igual ya le había dado algo. En su defensa debo decir que es una mujer mayor con un nivel cultural no muy alto, pero en fin...las cosas.

El otro día, la mujer se pasó por la peluquería que han abierto cerca de su casa, para pedirle hora a su hija -mi amiga. Cuando se ven por la tarde, le dice la hora y el día y, adoptando el tono de quién está a punto de hacer pública una revelación verdaderamente fuerte pero necesaria a la par, dice:

"El peluquero es...es mariquita, te lo digo ya."

No fuera a ser que mi amiga entrara en la pelu, toda ajena de la vida, y se encontrara con el pastel.

Hay cosas de las que es mejor enterarse por una madre. De toda la vida.

jueves, 28 de febrero de 2008

El Viejo, los Crispis y La Cremallera

Es un hecho que ciertas personas son imanes para ciertas cosas.

Conozco una mujer que es un imán para los ladrones. Y cuando digo un imán, quiero decir que es imposible llevar las cuentas de las veces que ha sido atracada, la pobre mía. La familia de mi amiga R. es un imán para achaques y enfermedades varias, cuanto más raras mejor. Mi hermano es un imán para madres-de-novias-potenciales, que siempre le ven como el yerno perfecto -- desgraciadamente para él, las hijas no siempre lo ven así.

Yo siempre he sido un imán para dos cosas, básicamente. La primera, y juro por mis Harry Potters que no lo entiendo, son los hombres mayores que yo. De verdad, no tengo ni idea. No importa que las chicas con las que me encuentre en ese momento sean 87984756 más guapas que yo, si hay un hombre que me supera en edad de 5 a 10 años, se fijará en mí. Esto ha sido comprobado a lo largo de los años, con el consiguiente cachondeíto.

La segunda cosa, la verdadera campeona, es atraer situaciones totalmente surrealistas (si leisteis la llamada de teléfono, os podéis hacer una idea aproximada). Y de verdad, creedme que digo esto sin ninguna intención de ser divertida o algo. Yo ya sé más o menos que soy una mezcla extraña de extroversión, introversión e inadaptación social, así que quizá tenga algo que ver con eso. O quizá lo que voy a contar es una situación perfectamente normal, vete tú a saber.

El caso.

Salgo de las clases, y de camino a mi casa, hago una parada en el supermercado. Una vez que tengo mi cesta en la mano y todo eso, me doy cuenta de que no recuerdo nada de lo que necesito comprar, así que decido vagar por los pasillos en busca de inspiración.

Así es cómo de pronto me encuentro en la sección de la comida para gatos, a pesar de no tener gato, o cualquier otra mascota. Estoy a punto de irme cuando escucho el sonido de unas cajas cayendo al suelo. Miro a mi izquierda, y veo que un señor mayor está recogiendo el desastre del suelo. Siendo la ciudadana respetable que soy, evidentemente me acerco a ayudar al pobre hombre. Justo cuando estoy recogiendo la última caja del suelo, lo veo.

Digamos que...a ver, que el hombre se ha olvidado por completo de la cremallera en su pantalón, que está abierto en un ángulo muy extraño.

También se ha olvidado otras cosas, al parecer, ya que no hay ropa interior a la vista...y sí otras cosas.

Mi primer pensamiento, y no estoy orgullosa de ello, es mi alarma anti-pervertidos. Pero me quedo observándolo, y el señor está pasando completamente de mí, así que lo desecho. De hecho, durante unos instantes YO soy la pervertida en el cuadro, jajajajja. Pero no, no estaba mirando a posta, más bien teniendo una lucha interna:

"Vamos, no puedes dejar que el pobre hombre siga comprando tan ricamente de esa guisa."

"Vale, lo sé, pero cómo leches se le dice a un extraño que su orgullo está expuesto?"

Quizá, como decía, la gente está completamente acostumbrada a este tipo de situaciones, pero yo no. Así que cuando el señor me da las gracias y yo le doy las denadas, abandono la escena del crimen como la cobarde que soy.

Pero mi conciencia es muy puñetera, así que cuando acabo de comprar, no puedo abandonar el supermercado sin comprobar si alguien ha tenido los arrestos que yo no tengo y le ha dicho algo.

Encuentro a mi objetivo en el pasillo de los cereales, así que le espío -sí, le espío- un poco. Me doy cuenta entonces de que no sólo la cremallera sigue abierta al mundo y la gente se ha dado cuenta, sino los susodichos están señalando y haciendo risitas dentrás de él, en lugar de avisarle, los muy desalmados.

La situación empeora por momentos. Ahí estoy, patéticamente disimulando estar tomando una importante decisión acerca de los crispis, mientras mantengo otra conversación interior sobre la mejor manera de proceder. Joder, qué hago? Debería decírselo y punto. No, no puedo! Pero la gente normal es lo que haría. No, la gente normal se está riendo de él, los muy cabritos.

De pronto, y no sé cómo no exploto de brillantez en ese momento, tengo una epifanía: IMITACIÓN. Es decir, ¿cuántas veces vemos a alguien mirando la hora, y hacemos lo mismo? ¿O alguien mirando hacia arriba, y lo seguimos? Así que básicamente ése es el plan. Mirar mi propia cremallera. Y no, yo ahora tampoco me explico cómo me pudo parecer un buen plan en aquel momento.

Sientiéndome aún patética pero esperanzada, me dirijo hacia el señor, y me coloco a su lado, en un ángulo que calculo yo que puede verme.

El señor me ignora por completo.

Momento plan b: cojo un par de cajas y las tiro al suelo.

Señor: *sonriendo* Ah, ahora te ha tocado a ti.
Yo: *totalmente falsa* Jajaja, sí sí.
Señor: Deben estar mal puestas las cajas...
Yo: *evitando totalmente pensar en otras cosas mal puestas* Fatal, vamos, ja ja...

Mientras hablo con Objetivo allí, no encuentro el momento de empezar a mirar mi cremallera y, sinceramente, la idea parece algo menos luminosa que antes. No puedo ver la cara que se me ha puesto, obviamente, pero debo de ser un cuadro, porque el viejecito, pobre hombre, me pregunta si me pasa algo. Le digo que no, que nada, gracias, y me voy de allí con la cabeza gacha, resignándome ante el hecho de que soy una cobarde, y que ahora me esperan días, meses o AÑOS de conciencia recordándomelo.

Estoy a punto de salir del pasillo cuando de repente, sorprendiéndome a mí misma, me paro en seco, doy media vuelta y me acerco de nuevo al señor, que sigue delante de los crispis.

"Señor, por favor... mírese la cremallera de los pantalones."

Y salgo corriendo.

Bueno, técnicamente no salgo corriendo, pero la verdad es que apenas oigo el gracias del señor.

Misión cumplida.


Cosas que he aprendido hoy:

- Mi conciencia es mucho más perra de lo que pensaba.
- Yo soy mucho más patética de lo que pensaba.
- La comida para gatos es mucho más cara de lo que pensaba.
- Nueve de cada diez personas -o bueno, pongamos 7- no tienen alma, aunque como esto ya lo pensaba, no sé si cuenta.

Creo que si alguna vez hago algo importante para la humanidad y la gente quiere que escriba mis memorias y yo les hago caso, dedicaré una paginilla a los eventos de esta tarde.