He estado leyendo este fin de semana algunas cosas que había guardado hacía años. Una de mis personas favoritas en todo el mundo decía algo así:
No tengo derecho a decir o hacer nada que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de sí mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen.
Antoine de Saint Exupéry nunca debió desaparecer de la faz de la tierra, literalmente.
Lo que me recuerda que yo pensaba dedicarle una entrada...
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