jueves, 21 de enero de 2010

DUQUE

No era mío, pero sólo por cuestiones técnicas, porque en realidad hacía tiempo que sí que lo era. O yo suya, que no se sabía muy bien quién era de quién.

No le vi hecho una bolita en una esquina, ahí tranquilo con apenas días, mirando el panorama sin inmutarse mientras sus hermanos de camada se movían histéricos de un lado para otro, ni como pasó de bolita con aspecto de pastor alemán, como su padre, a convertirse en un auténtico lobo, porque su madre fue una husky.

Tampoco vi cómo un día le picó una abeja y se asustó tanto que desde entonces veía una mosca grande y buscaba corriendo a cualquiera, con el rabo entre las patas, para que lo defendiera.

Todas esas cosas me las perdí. Pero le conocí alrededor de la mitad de su vida, así que vi muchas otras. Vi cómo teníamos que hablar bajito cuando no queríamos que se enterara de palabras como "calle" o "playa", porque las entendía perfectamente, y luego no había quien lo aguantara. O cómo disimulaba cuando quería acercarse a la basura y le pillaban, yendo al plato y cogiendo una sola bolita de comida mientras te miraba y masticaba lentamente como diciendo: "Qué? estoy aquí comiendo, no sé de qué hablas".

Siempre decían que él y yo nos parecíamos mucho, y al principio me reía, pero al final resulta que no lo decían por decir. Sus dueños me conocían a mí y le conocían a él... Así que cuando me di cuenta, me había aceptado en su manada humana y lo que es más, me había hecho favorita.

Vivió una vida larga y tranquila y buena. Siempre tuvo problemas de estómago, y de cuando en cuando sufría de vómitos que nos dio muchos sustos, pero al margen de eso, no tenía achaques. Estaba ágil, aunque más lento. Se había quedado un poco sordo, pero aún era capaz de distinguir el coche de sus dueños cuando pasaba por la calle.

Por eso el día que empezó a vomitar, un poco antes de navidad, no nos preocupamos mucho. Tres días después el veterinario nos dijo que tenía los pulmones encharcados, fallo renal, y el corazón muy débil. Que con la medicación que iba a darle podía quedarse durmiendo y no despertar. Pero que si se le repetían los ahogos, no habría solución.

No la hubo.

Por eso estas navidades pasadas no han sido navidades de verdad. Aunque no hubiera caído enferma y no hubiera llovido sin parar ni un día, el espíritu este año se lo había llevado Duque.

Yo nunca tuve mascotas, por lo que nunca hubiera imaginado que perder una no era perder una mascota, sino perder a alguien y punto.

Hoy hace un mes de todo eso.  Sigo sin poder evitar esperar aparezca en la puerta cuando llamo, o que salga corriendo al escuchar el timbre, o que espere a que yo termine de cenar porque sabe que me voy a comer un plátano a medias con él. Pero como todo duelo, un día ya no pesará tanto.

Y podré, por ejemplo, mirar fotos como ésta y sonreír. 


viernes, 8 de enero de 2010

New Year's Resolutions... La Lista.

2:57 am. Hora perfecta para pensar en los Propósitos de Año Nuevo, que ya estamos a día 8 y estas cosas cuanto antes se dejen claras mucho mejor.

La lista del 2009 he decidido que no voy a mirarla. No tiene sentido empezar la elaboración de ésta con un nubarrón en el espíritu.

1. Terminar mi bestseller. No creo que tenga que explicar este propósito, ya que lleva cinco años camino de seis -de hecho creo que son seis- encabezando las listas. Pero este año es diferente, así que estoy segura de que para verano ya está más que listo.

2. Adoptar una actitud muy zen y muy a lo Santiago de El Viejo y el Mar ante las cosas.

3. No sentirme culpable por hacer otras cosas que no sean buscar trabajo o lamentarme porque no lo tengo mientras no lo tengo. No tiene sentido, porque la cuestión es que la vida sigue con trabajo o sin él, así que todo es muy absurdo.

4. Dejar de mi odio ancestral por la lluvia a un lado.

5. Conseguir ahorrar un poco de ninerito para hacer un viaje. Preferentemente a London. O a cualquier otra parte si el dinero me llega.

6. Dejar de pensar 828973957 las cosas antes de que ocurran. No lleva a nada que no sea dolor de cabeza y pérdida de pelo a manojos, que podría dedicarme a hacer cojines tal y como está la cosa.

7. Dejar de ser indecisa patológica* (*propósito completamente inalcanzable porque contra la Madre Naturaleza, la genética y los años de decisiones a destiempo no se puede, pero al menos ser un poco más decidida a la hora de tomarlas). 

8. Ahorrar un poco más cada mes.

9. Ir al gimnasio de una vez por todas. Mi rodilla y el resto de mis articulaciones, por no decir mi ropa, me lo agradecerá.

10. Escribir más de dos entradas por mes. De verdad, esto me lo he planteado en serio. Aunque nadie lo lea, no tiene sentido tener un blog para no escribir en él. Y la coherencia es muy importante en esta vida, así que eso. 

Sospecho que dentro de exactamente dos segundos, es decir, justo cuando apriete el Publicar Entrada, se me ocurrirán otras mejores. Pero no pasa nada, irán a La Lista también, así que...

PD: Recomiendo hacer estas listas a todo el mundo. Son muy entretenidas.

viernes, 1 de enero de 2010

De Cómo Ya NO Estamos en 2009 y Por Qué No Sé Escribir 21010.

Bueno, ya NO estamos en 2009. 

Y la verdad es que eso nada más ya es un motivo de alegría. A priori, claro, que luego no sabemos si éste va a ser peor. Pero no creo, sinceramente. 

En realidad, por muy espíritu navideño que yo sea y por mucho que me gusten estas fechas, el día de Nochevieja me pone de mal humor. Nunca me ha gustado, siempre me da una sensación de entre tristeza y vértigo. Y mi hermano haciendo de sereno "Quedan dos horas, que lo sepas", o "Media hora, vamos, ya están aquí las campanadas como quien dice". No ayuda.  De hecho, dos minutos antes de las campanadas siempre acabo medio histérica, ya sea de risa o diciéndole a mi mencionado hermano que por dios se calle ya. 

Además, es que ni siquiera me gustan las uvas (aunque reconozco que el ambientillo de la Puerta del Sol me encanta).


Anoche recibí el Año Nuevo tal que así:

- Con el Jersey Navideño, negro y dorado.
- Pantalón de pijama de pirineo.
- Moño mal cogido con media peluca fuera.
- Espumillón dorado -juego con el Jersey- a modo de corona y enrollado en el moño mal cogido, a modo de adorno victoriano.
- Gafas de leer.
- Clínex agarrados con el elástico del pantalón del pijama.

Mi plan venía a ser algo como empezar el año sin ponerme peor (llevo más de una semana en cama con un catarro complicado con yo que sé, tuberculosis múltiple o algo, porque no es normal esto) pero sin renunciar tampoco a darle un tono festivo y navideño al asunto. Al mismo tiempo, tenía que recordarle al año nuevo que tengo unas gafas y que por tanto necesito un trabajo donde utilizarlas, que para jugar al mahjong y leer están bien, pero desaprovechadas, creo.

Así que en fin, hoy día 1 de Enero es la primera página en blanco de los cuadernos nuevos, como pienso todos los años. Así que ya estoy pensando en la Lista de las Resoluciones de Año Nuevo, que en realidad no cambian nunca, pero en fin.

Hale, pues eso. Como dice Piluna, feliz entrada, permanencia y salida de Año!

Bela x

PD:  En otro orden de ideas, no sé escribir el año nuevo sin equivocarme tal y como se ve en el título de la entrada. Para ponerlo bien, tengo que pensar que el año se llama "veinte" y "10". Si pienso en "dosmildiez", acabo escribiendo 21010. En fin.

PPD: Maldita sea. Olvidé la parafernalia de la ropa interior colorada..